El gigante del comercio electrónico y la tecnología planea una nueva ronda de recortes de plantilla, según un comunicado interno de su CEO, Andy Jassy. La medida se justifica por la necesidad de optimizar operaciones y reinvertir en áreas estratégicas como la IA, que está transformando la estructura de la compañía.
El consejero delegado de Amazon, Andy Jassy, ha anunciado en un memorando dirigido a sus empleados una nueva y significativa reestructuración de plantilla. La compañía, uno de los mayores empleadores del mundo, planea eliminar varios miles de puestos de trabajo en los próximos meses. La razón principal esgrimida por Jassy es la búsqueda de una mayor «eficiencia» operativa, un objetivo que la empresa pretende alcanzar mediante la implementación acelerada de soluciones de inteligencia artificial (IA).
Este movimiento subraya una tendencia creciente en el sector tecnológico, donde la IA está pasando de ser una herramienta de innovación a convertirse en un motor de transformación estructural, con un impacto directo en el empleo. El anuncio ha generado una notable preocupación dentro de la empresa y vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre el futuro del trabajo en la era de la automatización avanzada.
Un memorando interno desvela la estrategia
La noticia se hizo pública a través de un comunicado interno que fue posteriormente filtrado a la prensa. En el texto, según un documento obtenido por la agencia de noticias Reuters, Andy Jassy explica que la decisión es el resultado de una revisión anual de la planificación operativa y financiera. «A medida que hemos ido examinando nuestras prioridades organizativas, hemos identificado áreas en las que podemos ser más eficientes y reasignar nuestros recursos hacia los negocios y tecnologías que tendrán un mayor impacto en el futuro», escribió Jassy.
El CEO de Amazon insistió en que no se trata de una medida tomada a la ligera, pero la calificó de «necesaria» para preparar a la empresa para el futuro. «La inteligencia artificial nos ofrece oportunidades sin precedentes para mejorar la experiencia de nuestros clientes y la eficiencia de nuestras operaciones. Para aprovechar plenamente este potencial, debemos asegurarnos de que nuestras inversiones y nuestro personal estén alineados con nuestras principales prioridades», añadía el comunicado.
Aunque no se han especificado cifras exactas, fuentes cercanas a la compañía sugieren que los recortes afectarán a varios miles de empleados a nivel global. Las divisiones más afectadas serán aquellas con roles susceptibles de automatización, como ciertos departamentos corporativos, áreas de recursos humanos y algunos puestos de gestión en la vasta red logística de Amazon.
No es un hecho aislado: el contexto de los recortes en el sector tecnológico
Esta nueva ola de despidos en Amazon no es un evento aislado. La compañía ya llevó a cabo una de las mayores reestructuraciones de su historia en 2023, cuando despidió a más de 27.000 trabajadores en diferentes divisiones, incluyendo sus equipos de dispositivos, venta minorista y Amazon Web Services (AWS).
Además, la medida se alinea con una estrategia adoptada por prácticamente todos los gigantes tecnológicos. Empresas como Google, Microsoft, Meta y SAP han anunciado recortes de plantilla en el último año, citando a menudo la necesidad de ser más «ágiles» y de centrarse en la inteligencia artificial. Mark Zuckerberg, CEO de Meta, llegó a calificar 2023 como el «año de la eficiencia», una filosofía que parece haberse extendido por todo Silicon Valley y más allá.
Expertos del sector señalan que la IA, y en particular la IA generativa —tecnología capaz de crear contenido nuevo como texto, imágenes o código—, está permitiendo a las empresas automatizar tareas que hasta ahora requerían intervención humana, desde la redacción de informes y la atención al cliente hasta la optimización de cadenas de suministro.
La paradoja de la IA: destrucción y creación de empleo
El anuncio de Amazon pone de relieve la doble cara de la revolución de la inteligencia artificial. Mientras que algunos puestos de trabajo se vuelven redundantes, la compañía está invirtiendo de forma masiva en la propia tecnología que impulsa estos cambios. Amazon ha declarado que planea invertir más de $20.000 millones de dólares (aproximadamente €18.600 millones) en los próximos años en el desarrollo de sus propios modelos de IA y en la integración de estas tecnologías en todos sus servicios.
Esta inversión implica una fuerte demanda de un nuevo tipo de profesional. Amazon está contratando activamente a ingenieros de software, científicos de datos y expertos en aprendizaje automático para liderar sus proyectos de IA, como el desarrollo de su asistente de voz Alexa, los algoritmos de recomendación de su tienda online y, sobre todo, los servicios de IA que ofrece a través de su exitosa división en la nube, AWS.
Por tanto, más que una simple reducción de costes, la estrategia de Amazon parece ser una profunda reorientación de su capital humano. Se eliminan roles operativos y administrativos para hacer sitio a perfiles altamente especializados que puedan impulsar la próxima fase de crecimiento de la compañía, una fase que estará, sin duda, dominada por la inteligencia artificial.
El impacto en la plantilla y la reacción de los mercados
La noticia ha sido recibida con inquietud y desánimo entre los empleados de Amazon, que ya han vivido un año de incertidumbre con los recortes anteriores. Los foros internos de la empresa se han llenado de mensajes que expresan preocupación por la seguridad laboral y el futuro de sus carreras dentro de la compañía.
En contraste, la reacción de los mercados financieros ha sido, como es habitual en estos casos, mayoritariamente positiva. Las acciones de Amazon experimentaron una ligera subida tras conocerse la noticia, ya que los inversores suelen interpretar los recortes de plantilla como una señal de disciplina financiera y un compromiso con la mejora de los márgenes de beneficio.
La decisión de Andy Jassy y Amazon marca un hito significativo. Es una de las primeras veces que el CEO de una empresa de esta magnitud vincula de forma tan explícita los despidos con las «eficiencias» obtenidas directamente de la inteligencia artificial. Este movimiento podría sentar un precedente para otras corporaciones, acelerando una transformación del mercado laboral cuyas consecuencias a largo plazo todavía están por verse.
