Un panel judicial estadounidense ha decidido unificar en Nueva York doce demandas por violación de derechos de autor contra OpenAI y Microsoft, a pesar de la oposición de la mayoría de los autores y medios de comunicación demandantes. La medida busca simplificar los procedimientos judiciales en lo que se perfila como un caso decisivo para el futuro de la inteligencia artificial y los derechos de autor.
Centralización para mayor eficiencia judicial
Según la orden de transferencia emitida este jueves por el panel judicial estadounidense sobre litigios multidistritales, la consolidación de los casos permitirá "que un solo juez coordine el descubrimiento, simplifique los procedimientos previos al juicio y elimine las resoluciones inconsistentes".
La decisión implica que los casos presentados en California por destacados autores como Ta-Nehisi Coates, Michael Chabon, Junot Díaz y la comediante Sarah Silverman serán transferidos a Nueva York. Allí se unirán a las demandas ya interpuestas por medios de comunicación, entre ellos el New York Times, y otros escritores de renombre como John Grisham, George Saunders, Jonathan Franzen y Jodi Picoult.
Es importante destacar que la mayoría de los demandantes se opusieron a esta consolidación, argumentando que sus casos eran demasiado diferentes para ser combinados. Sin embargo, el panel judicial determinó que los casos "comparten cuestiones fácticas derivadas de alegaciones de que OpenAI y Microsoft utilizaron obras con derechos de autor, sin consentimiento ni compensación, para entrenar sus modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM)", que son la base de productos de inteligencia artificial generativa como ChatGPT de OpenAI y Copilot de Microsoft.
Autores y medios unidos en la batalla legal
El núcleo de estas demandas radica en el uso que las empresas de inteligencia artificial hacen de obras protegidas por derechos de autor para entrenar sus modelos. Los demandantes alegan que OpenAI y Microsoft han utilizado sus obras sin permiso ni compensación, lo que constituiría una violación de sus derechos.
Inicialmente, OpenAI había propuesto que los casos se consolidaran en el norte de California. Sin embargo, el panel judicial determinó que el distrito sur de Nueva York sería más apropiado, argumentando que la centralización "servirá a la conveniencia de las partes y los testigos" y "promoverá la conducta justa y eficiente de este litigio".
En su orden, el panel también señaló que "dada la naturaleza novedosa y complicada de la tecnología, probablemente habrá expertos superpuestos" en los diferentes casos, y que la consolidación "conservará los recursos de las partes, sus abogados y el poder judicial".
Reacciones a la decisión judicial
Las reacciones a esta decisión no se han hecho esperar. Un portavoz de OpenAI declaró a Reuters: "Damos la bienvenida a este desarrollo y esperamos dejar claro en el tribunal que nuestros modelos se entrenan con datos disponibles públicamente, se basan en el uso justo y apoyan la innovación".
Por su parte, Steven Lieberman, abogado que representa al Daily News, afirmó que la empresa espera "continuar demostrando en Nueva York que Microsoft y OpenAI cometieron un robo generalizado de millones de obras del Times y del Daily News".
Las empresas tecnológicas han argumentado consistentemente que su uso de obras con derechos de autor para entrenar sistemas de IA está permitido bajo la doctrina del "uso justo" (fair use), que permite el uso no autorizado de obras protegidas bajo ciertas circunstancias. Este será uno de los puntos centrales que deberá dilucidar el tribunal.
El panorama más amplio de la IA y los derechos de autor
Este caso no es un hecho aislado, sino parte de un debate global cada vez más intenso sobre la IA y los derechos de autor. Muchos de los autores que han demandado a OpenAI también han presentado demandas similares contra Meta por infracción de derechos de autor en el entrenamiento de sus modelos de IA.
En una presentación judicial de enero, Coates, Silverman, Díaz y otros alegaron que el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, aprobó el uso por parte de la empresa de una notoria "biblioteca en la sombra" llamada LibGen, que contiene más de 7,5 millones de libros.
La controversia ha provocado protestas como la ocurrida este mismo jueves frente a las oficinas de Meta en Londres, donde autores se manifestaron contra el uso de libros con derechos de autor por parte de la compañía. Según la revista especializada The Bookseller, los manifestantes portaban pancartas con lemas como "Saca a Zuck de nuestros libros" y "Escribiría un cartel mejor, pero lo robarías".
También este jueves, Amazon confirmó que una nueva función de Kindle, denominada "Recaps", utilizará inteligencia artificial generativa para ofrecer a los usuarios resúmenes de tramas e información sobre personajes de sagas literarias. "Utilizamos tecnología, incluida IA generativa y moderadores de Amazon, para crear resúmenes breves de libros que reflejen con precisión el contenido", explicó el portavoz de Amazon, Ale Iraheta, a TechCrunch.
En un comunicado en su blog, Amazon destacó que esta función añade "un nuevo nivel de comodidad a la lectura de series", permitiendo a los lectores "sumergirse más profundamente en mundos y personajes complejos sin perder la alegría del descubrimiento". Sin embargo, usuarios de Reddit ya han expresado preocupaciones sobre la precisión de estos resúmenes generados por IA.
A nivel internacional, el gobierno del Reino Unido está intentando calmar las preocupaciones sobre sus propuestas de derechos de autor, que contemplarían permitir a las empresas de IA entrenar modelos con materiales protegidos a menos que los titulares de derechos opten explícitamente por no participar. Como gesto conciliador, el gobierno británico ha prometido evaluar el impacto económico de estas propuestas.
Un precedente para el futuro de la IA y la propiedad intelectual
La consolidación de estas demandas en Nueva York marca un punto de inflexión en la batalla legal sobre cómo las empresas de inteligencia artificial utilizan contenido protegido por derechos de autor. El resultado de este proceso podría establecer precedentes significativos que definan el futuro de la IA generativa y su relación con la propiedad intelectual.
Mientras tanto, las empresas tecnológicas continúan desarrollando y desplegando nuevas aplicaciones basadas en IA generativa, incluso en medio de estas disputas legales, lo que subraya la urgencia de establecer marcos jurídicos claros que equilibren la innovación tecnológica con la protección de los derechos de los creadores.
El caso consolidado en Nueva York podría proporcionar algunas de las primeras respuestas judiciales a estas cuestiones fundamentales, en un momento en que la inteligencia artificial se está convirtiendo rápidamente en una fuerza transformadora en múltiples industrias creativas.