EEUU podría multar a TSMC con 1.000 millones de dólares por un chip presuntamente usado en un procesador de IA de Huawei

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EEUU podría multar a TSMC con 1.000 millones de dólares por un chip presuntamente usado en un procesador de IA de Huawei

Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el gigante taiwanés y mayor fabricante de semiconductores por contrato del mundo, podría enfrentarse a una sanción económica considerable por parte de Estados Unidos. Según informes recientes, la compañía podría tener que abonar una multa de 1.000 millones de dólares (aproximadamente 930 millones de euros) o incluso más, como resultado de una investigación sobre controles de exportación relacionada con un chip que fabricó y que, presuntamente, terminó siendo utilizado en un avanzado procesador de inteligencia artificial (IA) de la compañía china Huawei.

La noticia, inicialmente reportada por Reuters, marca el último capítulo en una compleja trama que involucra a gigantes tecnológicos, tensiones geopolíticas y las estrictas regulaciones estadounidenses diseñadas para limitar el acceso de China a tecnología de semiconductores de vanguardia.

Un portavoz de TSMC, contactado por TechCrunch, declinó hacer comentarios adicionales sobre la posible multa, indicando que la compañía se encuentra actualmente "en [un] periodo de silencio" previo a la presentación de resultados financieros.

Investigación por Controles de Exportación

La investigación estadounidense se centra en determinar si TSMC violó las normativas de control de exportación al suministrar, directa o indirectamente, tecnología restringida a Huawei, una empresa que figura en la "Entity List" (lista de entidades) de Estados Unidos, lo que limita severamente su capacidad para adquirir tecnología estadounidense o fabricada con equipamiento estadounidense.

El núcleo del asunto reside en el procesador Ascend 910B AI de Huawei, considerado uno de los chips de inteligencia artificial más avanzados producidos en China. A finales de 2024, salieron a la luz informes que indicaban que una cantidad significativa de matrices de chips (chip dies) de IA fabricadas por TSMC y sujetas a control de exportación habían llegado a formar parte de estos procesadores de Huawei producidos en masa.

La Ruta del Chip: De TSMC a Huawei vía Sophgo

La situación se complica por la presunta participación de una tercera empresa: Xiamen Sophgo Technologies (Sophgo), una diseñadora de chips china afiliada a Bitmain, conocida por sus equipos de minería de Bitcoin. La estructura de la cadena de suministro, según las alegaciones, funcionó de manera indirecta: TSMC fabricó un chip que luego fue incorporado en un componente diseñado por Sophgo. Posteriormente, este chip de Sophgo se habría integrado en el procesador Ascend 910B de Huawei.

Esta triangulación es crucial no solo por la posible elusión de las normativas de exportación, sino también porque el procesador resultante de Huawei representa un avance significativo para la industria tecnológica china, un sector que Estados Unidos busca contener en áreas estratégicas como la inteligencia artificial avanzada. Se estima que cientos de miles de estos procesadores se produjeron utilizando estos componentes.

Sophgo, por su parte, ha negado cualquier implicación directa. En octubre de 2024, cuando la firma de investigación canadiense TechInsights descubrió el chip de TSMC dentro del procesador de Huawei, Sophgo declaró que la investigación del Departamento de Comercio de EEUU sobre las posibles conexiones entre TSMC y Huawei no les involucraba ni a ellos ni a sus productos, añadiendo que nunca habían tenido tratos comerciales directos o indirectos con Huawei.

La Postura Oficial de TSMC

A pesar del "periodo de silencio" actual respecto a la posible multa, TSMC ha emitido declaraciones previas reafirmando su compromiso con el marco legal. En un comunicado citado por TechCrunch, la compañía afirmó: "TSMC es una empresa respetuosa de la ley y estamos comprometidos a cumplir con todas las normas y regulaciones aplicables, incluidos los controles de exportación aplicables".

La empresa también reiteró un punto clave en su defensa: "En cumplimiento de los requisitos regulatorios, TSMC no ha suministrado a Huawei desde mediados de septiembre de 2020". Añadieron que, ante cualquier indicio de problemas potenciales, tomarían "medidas rápidas para garantizar el cumplimiento, incluida la realización de investigaciones y la comunicación proactiva con las partes relevantes, incluidos clientes y autoridades reguladoras, según sea necesario".

Crucialmente, TSMC señaló: "Comunicamos proactivamente con el Departamento de Comercio de EEUU sobre el asunto del informe y continuamos apoyando [la investigación]". Esta comunicación proactiva podría ser un factor en la resolución final del caso.

Cronología del Caso

La situación ha evolucionado rápidamente en los últimos meses, siguiendo una serie de descubrimientos y acciones regulatorias:

Contexto Ampliado: Tensiones Tecnológicas e Inversiones

Este episodio se enmarca en la creciente tensión tecnológica entre Estados Unidos y China. Washington ha intensificado sus esfuerzos para restringir el acceso de Pekín a tecnologías críticas, especialmente en el campo de los semiconductores avanzados, considerados vitales para el desarrollo económico y militar futuro, incluyendo la inteligencia artificial.

Mientras TSMC enfrenta este escrutinio regulatorio en EEUU, la compañía también ha estado fortaleciendo sus lazos económicos con el país norteamericano. En un movimiento estratégico significativo, TSMC se comprometió a invertir "al menos" 100.000 millones de dólares (aproximadamente 93.000 millones de euros) en la construcción y expansión de plantas de fabricación de chips en Estados Unidos durante los próximos cuatro años, según anunció el presidente Donald Trump en una conferencia de prensa y recogió TechCrunch. Esta inversión masiva busca expandir la red de fábricas de semiconductores de la compañía en suelo estadounidense, alineándose con los objetivos de EEUU de reforzar su cadena de suministro de chips domésticos.

La resolución de la investigación actual y la posible imposición de una multa multimillonaria a TSMC serán seguidas de cerca, ya que podrían tener implicaciones significativas no solo para la compañía taiwanesa, sino también para las complejas relaciones comerciales y tecnológicas entre Estados Unidos, Taiwán y China. La forma en que se maneje este caso podría sentar precedentes importantes para el cumplimiento de los controles de exportación en la industria global de semiconductores.

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