Figma envía carta de cese y desistimiento a Lovable por el uso del término "Dev Mode"

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Figma envía carta de cese y desistimiento a Lovable por el uso del término "Dev Mode"

Figma, la popular plataforma de diseño colaborativo, ha enviado una carta de cese y desistimiento a la startup sueca Lovable, exigiéndole que deje de utilizar el término "Dev Mode" para una de sus funciones. Este movimiento marca el inicio de lo que podría convertirse en una nueva disputa en la industria tecnológica entre dos competidores directos, según ha confirmado Figma a TechCrunch.

El trasfondo de la disputa

La polémica gira en torno a una expresión aparentemente genérica. Figma registró con éxito la marca "Dev Mode" el año pasado, según la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos. Sin embargo, "dev mode" (modo desarrollador) es un término ampliamente utilizado en la industria del software para referirse a modos de edición o desarrollo en aplicaciones.

Lo sorprendente es que productos de gigantes tecnológicos como iOS de Apple, Chrome de Google y Xbox de Microsoft tienen funciones formalmente denominadas "developer mode" que luego se abrevian como "dev mode" en materiales de referencia.

Incluso la propia expresión "dev mode" es de uso común. Por ejemplo, Atlassian la utilizó en productos que predatan la marca registrada de Figma por años, y es una denominación habitual en innumerables proyectos de software de código abierto.

Un portavoz de Figma aclaró a TechCrunch que su marca registrada se refiere específicamente al acceso directo "Dev Mode", no al término completo "developer mode". Aun así, algunos críticos consideran que esto equivale a registrar una expresión como "bug" para referirse a la "depuración".

La respuesta de Lovable

Anton Osika, cofundador y CEO de Lovable, ha declarado a TechCrunch que, por el momento, su empresa no tiene ninguna intención de acatar la exigencia de Figma ni cambiar el nombre de la función.

"Creo que Figma debería centrarse en hacer que su producto sea excelente", afirmó Osika a TechCrunch, y no en cuestiones de marcas comerciales. También reveló que Lovable está ganando clientes que antes utilizaban Figma y otras herramientas de diseño creadas en la era previa a los modelos de lenguaje grande (LLM).

La actitud desafiante de Osika quedó patente cuando compartió una copia de la carta de Figma en X (anteriormente Twitter), acompañada de un emoji sonriente.

Un conflicto más allá de la terminología

Este enfrentamiento va más allá de una simple disputa por un término. Lovable se promociona abiertamente como competidor de Figma, declarando en su página web que los diseñadores pueden usar Lovable "sin el tedioso trabajo de prototipado en herramientas como Figma". Y muchas startups recién lanzadas están haciendo precisamente eso.

Lovable es una de las estrellas emergentes del llamado "vibe coding", donde los usuarios pueden describir lo que quieren en un mensaje de texto y el producto lo construye, incluyendo el código. Su función "dev mode", lanzada hace unas semanas, permite a los usuarios editar ese código.

Un representante de Figma prácticamente admitió esta dimensión competitiva al explicar a TechCrunch que la empresa no ha enviado cartas de cese y desistimiento a otras compañías tecnológicas por el uso del término, como Microsoft, porque sus productos están "en una categoría diferente de bienes y servicios".

Implicaciones legales y futuro de la disputa

Figma tiene pocas opciones si quiere mantener su marca registrada. Si no defiende el término, este podría ser absorbido como una expresión genérica y la marca registrada se volvería inaplicable. Algunos usuarios en internet argumentan que este término ya es genérico y nunca debería haberse permitido su registro como marca.

Varios comentaristas señalaron en X que la carta era muy educada, lo que refleja el delicado equilibrio que Figma debe mantener.

Para Lovable, una startup en fase inicial que recaudó 15 millones de dólares (aproximadamente 13,9 millones de euros) en una ronda de financiación inicial en febrero, enfrentarse a una batalla legal internacional podría resultar costoso. Esto contrasta con Figma, que fue valorada en 12.500 millones de dólares (alrededor de 11.600 millones de euros) hace aproximadamente un año.

Figma en expansión

En medio de esta disputa, Figma también tiene otros asuntos importantes en mente. El mismo martes, la empresa anunció que había presentado documentación confidencial para una OPI. Aunque no se conocerán más detalles hasta que esa documentación se haga pública, lo que en el mejor de los casos ocurriría en aproximadamente un mes.

La decisión de avanzar hacia una oferta pública inicial en este momento resulta sorprendente dado el actual estado del mercado bursátil, que se ha visto afectado por las políticas comerciales y arancelarias de la administración Trump. Otras potenciales OPI tecnológicas como Klarna y StubHub pausaron sus planes a principios de abril tras el desplome del mercado bursátil por noticias sobre aranceles, y aún no han reprogramado sus salidas.

El debate sobre el "vibe coding"

Dylan Field, cofundador y CEO de Figma, ha minimizado la amenaza que representan productos de "vibe coding" como Lovable. En una conversación el mes pasado con Garry Tan de Y Combinator, Field reconoció que a la gente le gusta el "vibe coding" por su rapidez, pero argumentó que "también se quiere dar a la gente una manera no solo de empezar y crear prototipos rápidamente, sino también de llegar a la línea de meta. Ahí es donde está la desconexión, y no solo para el diseño, sino también para el código".

Esta disputa legal pone de relieve la creciente tensión en la industria tecnológica entre empresas establecidas y nuevos competidores que aprovechan las tecnologías de IA generativa para desafiar a los actores dominantes. También plantea interrogantes sobre la apropiación de términos de uso común en la jerga técnica como marcas registradas y las implicaciones que esto tiene para la innovación en el sector.

Mientras tanto, el reloj sigue corriendo para ambas empresas: Figma avanza hacia su OPI mientras debe defender su marca registrada, y Lovable se enfrenta a la decisión de cambiar el nombre de una función o enfrentarse a posibles consecuencias legales por parte de un competidor mucho más grande.

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