Los Oscar oficialmente no penalizarán el uso de IA en películas

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Los Oscar oficialmente no penalizarán el uso de IA en películas

La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas ha dado un paso significativo al reconocer oficialmente la existencia de la inteligencia artificial generativa en las nuevas reglas para los premios Oscar. En lugar de prohibir o limitar su uso, la Academia ha establecido que emplear IA en la producción cinematográfica no perjudicará ni beneficiará las posibilidades de una película de obtener una nominación, aunque valorarán especialmente el componente humano en la creación.

La decisión de la Academia

En un cambio histórico, la Academia incorporó el pasado 21 de abril un nuevo pasaje en sus directrices de elegibilidad para películas que establece claramente su postura frente a esta tecnología en auge:

«Con respecto a la Inteligencia Artificial Generativa y otras herramientas digitales utilizadas en la realización de la película, las herramientas no ayudan ni perjudican las posibilidades de lograr una nominación. La Academia y cada rama juzgarán el logro, teniendo en cuenta el grado en que un humano estuvo en el corazón de la autoría creativa al elegir qué película premiar.»

Esta modificación, según confirmó The Verge, apareció junto con otros cambios en las reglas anunciados oficialmente por la Academia en un comunicado de prensa.

Un paso significativo tras las huelgas de Hollywood

La mención de la IA es especialmente relevante considerando el contexto reciente de la industria cinematográfica. Como señala The Verge, esta es la primera vez que las reglas de la Academia hacen referencia a la inteligencia artificial, lo que representa un hito importante tras las prolongadas huelgas de actores y guionistas que sacudieron Hollywood en 2023.

Estos paros laborales fueron motivados, en parte, por el auge de la tecnología de IA y su percepción como una amenaza para los trabajadores creativos de la industria. Actores y guionistas exigieron regulaciones claras sobre el uso de estas herramientas para proteger sus empleos y derechos creativos.

La valoración humana sigue siendo clave

Aunque la Academia ha optado por una postura aparentemente neutral respecto al uso de la IA, el texto deja entrever que la creatividad humana seguirá siendo un factor determinante en la evaluación. La nueva regla especifica que se tendrá en cuenta «el grado en que un humano estuvo en el corazón de la autoría creativa» a la hora de elegir qué películas premiar.

Según informa The New York Times, la Academia consideró ir más allá y exigir a los cineastas que revelaran si habían utilizado IA en la creación de sus películas, pero finalmente optó por no implementar este requisito. Esta decisión muestra el difícil equilibrio que la institución intenta mantener entre abrazar la innovación tecnológica y preservar la valoración del talento humano.

Transparencia vs. libertad creativa

La elección de no requerir una declaración explícita sobre el uso de IA plantea interrogantes sobre la transparencia en la industria cinematográfica. Mientras que algunos argumentan que los espectadores y votantes tienen derecho a saber qué partes de una película fueron generadas por algoritmos, otros defienden que esto podría limitar la libertad creativa o crear prejuicios innecesarios durante la evaluación.

La postura adoptada por la Academia parece buscar un término medio: no discriminar el uso de herramientas tecnológicas avanzadas, pero seguir valorando principalmente la autoría humana en el proceso creativo.

Otros cambios en las reglas

Además de abordar el tema de la inteligencia artificial, la Academia implementó otros cambios significativos en sus reglas. Una nueva normativa establece que los miembros solo serán elegibles para participar en la ronda final de votación si han visto todas las películas consideradas para una categoría determinada.

Sin embargo, como señala The New York Times, este requisito funciona bajo un sistema de honor, ya que los votantes simplemente se autocertifican y no tienen que demostrar que efectivamente han visto todas las películas nominadas.

Esta medida busca mejorar la calidad y equidad del proceso de votación, asegurando que todas las películas sean evaluadas por los miembros de la Academia, aunque la eficacia de este sistema basado en la confianza está aún por verse.

Implicaciones para la industria

La decisión de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de no penalizar el uso de IA en las películas podría tener importantes repercusiones en la forma en que se producen las futuras obras que aspiran a los codiciados premios Oscar.

Por un lado, abre la puerta a cineastas que deseen explorar y experimentar con estas nuevas tecnologías sin temor a ser excluidos de la consideración para los premios más prestigiosos de la industria. Por otro, mantiene la importancia de la creatividad humana como criterio fundamental de evaluación.

En un momento en que la industria cinematográfica se encuentra en plena transformación tecnológica, la postura adoptada por la Academia parece buscar un equilibrio entre tradición e innovación, entre preservar la esencia artística del cine y adaptarse a las nuevas herramientas que están cambiando la forma de crear contenido audiovisual.

Un reflejo de los tiempos cambiantes

Esta modificación en las reglas de los Oscar refleja los profundos cambios que está experimentando la industria del entretenimiento. La inteligencia artificial ya está presente en diversos aspectos de la producción cinematográfica, desde la escritura de guiones hasta los efectos visuales y la edición, y su influencia probablemente seguirá creciendo en los próximos años.

La decisión de la Academia representa un reconocimiento pragmático de esta realidad, evitando tomar posiciones extremas que podrían resultar obsoletas rápidamente ante el vertiginoso avance tecnológico.

Al mismo tiempo, el énfasis en la creatividad humana reafirma que, al menos por ahora, la Academia sigue considerando que el cine es fundamentalmente un arte humano, donde la tecnología debe estar al servicio de la visión artística y no al revés.

Solo el tiempo dirá si este enfoque equilibrado logrará satisfacer tanto a los defensores de la tradición cinematográfica como a los impulsores de la innovación tecnológica en una industria que continúa reinventándose.

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