Un significativo grupo de profesores universitarios especializados en derecho de autor ha intervenido formalmente en la creciente disputa legal entre escritores y Meta Platforms Inc., la empresa matriz de Facebook e Instagram. Han presentado un escrito legal, conocido como amicus brief, en apoyo a los autores que acusan a Meta de utilizar sus libros electrónicos sin permiso para entrenar sus modelos de inteligencia artificial (IA) Llama. Este movimiento añade peso académico al argumento de que el gigante tecnológico infringió los derechos de autor al usar obras protegidas para desarrollar su tecnología de IA generativa.
La demanda central, conocida como Kadrey v. Meta, agrupa a varios autores de renombre, entre ellos Richard Kadrey, la comediante y escritora Sarah Silverman, y el ensayista Ta-Nehisi Coates. Alegan que Meta copió ilegalmente sus obras, disponibles en formato de libro electrónico, como parte del vasto conjunto de datos utilizado para "alimentar" y entrenar los modelos Llama, capaces de generar texto, responder preguntas y realizar otras tareas lingüísticas.
El Argumento Legal contra el "Uso Justo"
El amicus brief (expresión latina que significa "amigo del tribunal") fue presentado el pasado viernes ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Norte de California, División de San Francisco. Este tipo de escritos son presentados por partes que no están directamente involucradas en el litigio pero que tienen un fuerte interés o experiencia relevante en el tema, con el objetivo de ofrecer al tribunal información o perspectivas adicionales.
En este caso, los profesores de derecho atacan frontalmente la principal línea de defensa de Meta: la doctrina del "uso justo" (fair use). El uso justo es una excepción legal en la ley de derechos de autor estadounidense que permite el uso limitado de material protegido sin permiso para fines como la crítica, el comentario, la noticia, la enseñanza, la investigación o la erudición. Meta sostiene que el entrenamiento de sus modelos de IA con los libros electrónicos constituye un uso justo.
Sin embargo, los académicos disienten enérgicamente. Califican la defensa de Meta como "una petición impresionante de mayores privilegios legales de los que los tribunales han concedido jamás a los autores humanos". Argumentan que el uso que hace Meta de las obras no cumple los requisitos para ser considerado "transformador", un factor clave en el análisis del uso justo. Un uso transformador típicamente añade algo nuevo, con un propósito o carácter diferente, alterando la obra original con una nueva expresión, significado o mensaje.
"El uso de obras protegidas por derechos de autor para entrenar modelos generativos no es 'transformador', porque usar obras para ese propósito no es relevantemente diferente de usarlas para educar a autores humanos, lo cual es un propósito original principal de todas las obras [de los autores]", se lee en el escrito de los profesores. Comparan el proceso de entrenamiento de la IA con la forma en que un escritor humano lee y aprende de otras obras para desarrollar su propio estilo y conocimiento, algo que es fundamental para la creación literaria y está implícito en el propósito de publicar un libro.
Además, los expertos legales señalan la naturaleza comercial de la actividad de Meta y el impacto en el mercado de las obras originales. "Ese uso para entrenamiento tampoco es 'transformador' porque su propósito es permitir la creación de obras que compiten con las obras copiadas en los mismos mercados – un propósito que, cuando es perseguido por una empresa con ánimo de lucro como Meta, también hace que el uso sea innegablemente 'comercial'", concluyen en su análisis presentado al tribunal. La competencia directa con las obras originales es otro factor que suele pesar en contra de una defensa de uso justo.
Un Frente Común por los Derechos de Autor
El apoyo a los autores no se limita a este grupo de académicos. Según informa TechCrunch, varias organizaciones importantes que representan a creadores y editores también presentaron sus propios amicus briefs el mismo día, reforzando la posición de los demandantes. Entre ellas se encuentran:
- La Asociación Internacional de Editores Científicos, Técnicos y Médicos (STM Publishers): La asociación comercial global para editores académicos y profesionales, cuyo escrito presumiblemente argumenta sobre el valor y la protección necesaria para las publicaciones especializadas utilizadas en el entrenamiento de IA.
- La Copyright Alliance: Una organización sin ánimo de lucro que representa a creadores artísticos de una amplia gama de disciplinas protegidas por derechos de autor. Su participación subraya las preocupaciones compartidas por diversos sectores creativos sobre el impacto de la IA en sus medios de vida.
- La Association of American Publishers (AAP): La principal asociación comercial de la industria editorial estadounidense. Su intervención defiende los intereses de las editoriales cuyos catálogos podrían haber sido utilizados por Meta.
Esta coalición de voces legales, académicas y sectoriales busca persuadir al tribunal de la necesidad de proteger los derechos de los creadores frente al uso masivo de sus obras para el desarrollo de tecnologías de IA comerciales.
La Postura de Meta y sus Defensores
Es importante señalar que la batalla legal tiene argumentos en ambas direcciones. Horas después de la publicación inicial de la noticia en TechCrunch, un portavoz de Meta contactó al medio para señalar que también se habían presentado amicus briefs en apoyo a la posición del gigante tecnológico.
Estos escritos provienen de un grupo más reducido de profesores de derecho (distinto al que apoya a los autores) y de la influyente organización de derechos digitales, la Electronic Frontier Foundation (EFF). Aunque el contenido específico de estos briefs no se detalla en la fuente principal, es probable que argumenten a favor de una interpretación más amplia del uso justo en el contexto de la IA, quizás enfatizando los beneficios sociales de la tecnología o argumentando que el proceso de entrenamiento es suficientemente transformador o no perjudica significativamente el mercado de las obras originales. La EFF, en particular, suele defender posiciones que favorecen la innovación tecnológica y un dominio público robusto.
La existencia de estos apoyos a Meta demuestra la complejidad del debate y la división de opiniones expertas sobre cómo deben aplicarse las leyes de derechos de autor existentes a las nuevas realidades de la inteligencia artificial generativa.
La Batalla Legal: Kadrey contra Meta
El caso Kadrey v. Meta es uno de los varios litigios de alto perfil que actualmente enfrentan las grandes empresas de IA por cuestiones de derechos de autor. Las acusaciones específicas contra Meta son dobles:
- Infracción de Derechos de Autor: Se acusa a Meta de haber copiado y utilizado los libros electrónicos de los demandantes (y presumiblemente de muchos otros autores) como datos de entrenamiento para sus modelos Llama sin obtener licencias ni permisos, violando así los derechos exclusivos de los titulares de los derechos de autor.
- Eliminación de Información de Gestión de Derechos de Autor (CMI): Los autores también alegan que Meta eliminó intencionadamente la información sobre la gestión de derechos de autor (como avisos de copyright, nombres de autores, etc.) de los libros electrónicos durante el proceso de ingesta de datos. La ley estadounidense prohíbe la eliminación o alteración de la CMI si se hace con la intención de ocultar una infracción.
Meta, por su parte, no solo se defiende argumentando que su uso de los datos califica como "uso justo", sino que también ha intentado que se desestime el caso alegando que los autores carecen de "legitimación activa" (standing) para demandar, un argumento legal que cuestiona si los demandantes han sufrido un daño directo y concreto que el tribunal pueda remediar.
Decisión Judicial Preliminar y Contexto Amplio
La disputa ya ha pasado por una fase judicial inicial significativa. A principios de marzo de 2025, el juez federal Vince Chhabria, encargado del caso, emitió una decisión sobre la petición de Meta de desestimar la demanda. Aunque el juez desestimó una parte del caso (los detalles no se especifican en la fuente), permitió que las acusaciones principales siguieran adelante.
En su fallo, el juez Chhabria consideró que la alegación de infracción de derechos de autor por el uso de los libros para entrenamiento es "obviamente una lesión concreta suficiente para la legitimación activa". Además, determinó que los autores habían "alegado adecuadamente que Meta eliminó intencionadamente la CMI [información de gestión de derechos de autor] para ocultar la infracción de derechos de autor". Esta decisión representó una victoria preliminar para los autores, permitiéndoles continuar con el proceso de descubrimiento y litigio.
El caso Kadrey v. Meta no es un hecho aislado. Los tribunales estadounidenses están actualmente evaluando numerosas demandas que plantean cuestiones similares sobre la intersección de la IA y los derechos de autor. Otro ejemplo destacado es la demanda de The New York Times contra OpenAI y Microsoft, en la que el periódico acusa a las empresas de utilizar millones de sus artículos sin permiso para entrenar modelos como ChatGPT.
Estos casos son observados de cerca por creadores, empresas tecnológicas y legisladores de todo el mundo, ya que sus resultados podrían sentar precedentes cruciales sobre cómo se equilibrarán los derechos de propiedad intelectual con el desarrollo y la implementación de la inteligencia artificial en el futuro. La intervención de expertos legales a través de amicus briefs, como el presentado por los profesores de derecho en el caso contra Meta, subraya la importancia y la complejidad de las cuestiones legales en juego. El debate está lejos de resolverse y promete seguir generando titulares a medida que avanzan los litigios.