Amazon ha anunciado un cambio radical en la política de privacidad de sus dispositivos Echo que afectará a millones de usuarios. A partir del 28 de marzo de 2025, todo lo que digas a tu asistente Alexa será enviado a los servidores de Amazon para su procesamiento, eliminando la opción que permitía procesar comandos localmente sin compartir grabaciones con la compañía.
Según informa Ars Technica, la empresa ha comenzado a notificar a los usuarios afectados mediante correos electrónicos, especialmente a aquellos que tenían activada la función "No enviar grabaciones de voz".
El fin de una función clave de privacidad
La eliminación de esta característica significa que los usuarios de dispositivos Echo ya no podrán utilizar su asistente Alexa sin compartir sus interacciones con Amazon. La compañía ha justificado esta decisión como parte de su estrategia para expandir las capacidades de Alexa con funciones de inteligencia artificial generativa.
En el correo enviado a los usuarios, Amazon explica: "A medida que continuamos expandiendo las capacidades de Alexa con funciones de IA generativa que dependen del poder de procesamiento de la nube segura de Amazon, hemos decidido dejar de admitir esta función".
Este cambio llega justo antes del lanzamiento de Alexa+, la versión de suscripción del asistente virtual que promete funcionalidades avanzadas basadas en inteligencia artificial.
Alexa+ y el dilema de la privacidad
Una de las características más promocionadas de Alexa+ es su capacidad mejorada para reconocer quién está hablando, conocida como Alexa Voice ID. Para facilitar esta funcionalidad, Amazon ha decidido eliminar la opción de privacidad para todos los usuarios de Echo, incluso para aquellos que no están interesados en la versión de suscripción o que no desean utilizar la identificación de voz.
La decisión coloca a los usuarios ante una disyuntiva: permitir que Amazon procese y almacene sus conversaciones con Alexa o renunciar a utilizar los dispositivos Echo que ya han adquirido.
Implicaciones para los usuarios
Los usuarios que opten por no permitir que Amazon guarde sus grabaciones de voz se enfrentarán a consecuencias significativas. La compañía ha confirmado que la función Voice ID dejará de funcionar para estos usuarios. Esta característica permite a Alexa realizar acciones personalizadas como compartir eventos de calendario, recordatorios o música específica del usuario.
Amazon indicó en su correo electrónico que, por defecto, eliminará las grabaciones de las solicitudes de los usuarios después de procesarlas. Sin embargo, aquellos que configuren su dispositivo para "No guardar grabaciones" perderán la funcionalidad de Voice ID.
"Las solicitudes de voz de Alexa siempre están cifradas en tránsito hacia la nube segura de Amazon, que fue diseñada con capas de protecciones de seguridad para mantener segura la información del cliente", asegura la compañía en su comunicado.
Antecedentes problemáticos
Esta no es la primera vez que Amazon enfrenta críticas relacionadas con la privacidad de las grabaciones de Alexa. En 2023, la compañía acordó pagar 25 millones de dólares (aproximadamente 23 millones de euros) en sanciones civiles tras revelarse que almacenaba indefinidamente grabaciones de interacciones de niños con Alexa.
Además, los adultos tampoco se sintieron adecuadamente informados sobre la tendencia de Amazon a conservar las grabaciones de Alexa indefinidamente hasta 2019, cinco años después del lanzamiento del primer Echo.
Otro aspecto preocupante es que Amazon ha permitido que sus empleados escuchen grabaciones de voz de Alexa. En 2019, Bloomberg informó que los empleados de Amazon escuchaban hasta 1.000 muestras de audio durante sus turnos de nueve horas. La empresa reconoce que permite a sus empleados escuchar estas grabaciones para entrenar sus sistemas de reconocimiento de voz y comprensión del lenguaje natural.
Otros motivos por los que los usuarios podrían mostrarse reacios a confiar en Amazon incluyen el uso previo de grabaciones de voz de Alexa en juicios penales y el pago de una indemnización en 2023 relacionada con acusaciones de que permitió que "miles de empleados y contratistas vieran grabaciones de video de espacios privados de los clientes" tomadas de cámaras Ring, según la Comisión Federal de Comercio.
La apuesta de Amazon
Amazon está apostando fuerte por Alexa+ como solución para hacer rentable su asistente de voz, que según informes ha costado a la compañía unos 25.000 millones de dólares (aproximadamente 23.000 millones de euros) en tan solo cuatro años sin generar beneficios.
La empresa se ha comprometido públicamente a mantener la versión gratuita de Alexa, pero Alexa+ se considera la última esperanza de Amazon para mantener vivo el asistente y hacerlo rentable. Esto explica por qué cualquier medida que pueda impulsar a los usuarios a pagar por Alexa tiene prioridad sobre otras demandas, incluida la privacidad.
Un cambio sin alternativas
El cambio anunciado por Amazon representa un punto de inflexión para los usuarios de dispositivos Echo. A partir del 28 de marzo, tendrán que elegir entre aceptar que sus interacciones con Alexa sean enviadas a los servidores de Amazon o dejar de utilizar sus dispositivos.
Esta decisión refleja una tendencia creciente en el sector tecnológico: la recopilación de datos de los usuarios como parte fundamental del modelo de negocio, incluso a costa de reducir opciones de privacidad que anteriormente estaban disponibles.
Para los millones de usuarios de Echo en todo el mundo, la pregunta ahora es si están dispuestos a sacrificar su privacidad por la comodidad que ofrecen estos dispositivos, o si es momento de buscar alternativas que proporcionen un mayor control sobre sus datos personales.