China ha dado un paso decisivo en la regulación del contenido generado por inteligencia artificial. La Administración del Ciberespacio de China (CAC), el organismo de vigilancia de internet del país, ha anunciado que todo el material creado por IA en internet deberá ser etiquetado como tal, según informa Bloomberg.
Esta nueva regulación representa un punto de inflexión significativo en los esfuerzos gubernamentales por controlar la creciente avalancha de contenido artificial que inunda la red.
En qué consiste la nueva normativa china
La normativa, desarrollada en colaboración con varios ministerios del gobierno chino, establece que cualquier contenido sintético deberá identificarse de forma explícita, ya sea en su descripción o mediante metadatos.
"La Ley de Etiquetado ayudará a los usuarios a identificar la desinformación y responsabilizará a los proveedores de servicios por etiquetar su contenido", escribió la CAC en un comunicado, según la traducción de Bloomberg. "Esto tiene como objetivo reducir el abuso de contenido generado por IA".
La regulación no solo afecta a las empresas y plataformas, sino también a los usuarios individuales. Según el South China Morning Post, los usuarios también tendrán que declarar cuando publiquen contenido generado por IA. Aquellos que alteren estas etiquetas después de su publicación podrían enfrentarse a sanciones.
Por otra parte, los operadores de tiendas de aplicaciones estarán obligados a revisar los mecanismos de etiquetado para garantizar que cumplan con las nuevas regulaciones.
Un panorama global de regulación divergente
La medida china contrasta notablemente con la dirección que está tomando Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. El expresidente Joe Biden intentó abordar este problema con una orden ejecutiva en 2023, que ha sido revocada por su sucesor.
En lugar de restringir el uso problemático de la IA generativa, la administración Trump ha abierto las puertas a su expansión, llegando incluso a instruir a las agencias federales para que eliminen las directrices sobre IA y fomenten un mayor uso de esta tecnología.
Este enfoque estadounidense difiere radicalmente del adoptado por China y la Unión Europea. El año pasado, la UE aprobó la Ley de IA, descrita como "el primer marco legal sobre IA, que aborda los riesgos de la IA y posiciona a Europa para desempeñar un papel de liderazgo a nivel mundial".
Desafíos para la implementación efectiva
A pesar de la contundencia de la normativa, surgen dudas sobre su efectividad real. A medida que el contenido generado por IA se vuelve cada vez más difícil de distinguir del creado por humanos, cabe preguntarse hasta qué punto estas regulaciones de etiquetado serán realmente aplicables.
Los intentos anteriores de abordar este problema no han sido exitosos. El año pasado, Meta intentó implementar una etiqueta "Made with AI" en Facebook, Instagram y Threads. Sin embargo, la iniciativa fracasó desde el principio, ya que los usuarios inmediatamente notaron que la función estaba etiquetando fotografías reales como generadas por IA.
La invasión del contenido artificial de baja calidad
Mientras tanto, la proliferación de contenido artificial de baja calidad en internet ha alcanzado niveles alarmantes, afectando a plataformas enteras. El mes pasado, Futurism descubrió que Pinterest había sido invadido por una oleada de contenido artificial generado por IA, provocando la frustración de sus usuarios.
Los primeros seis resultados de una simple búsqueda de "ideas de recetas saludables" en el sitio web para compartir imágenes mostraban claros indicios de haber sido generados por una IA. Solo uno estaba explícitamente etiquetado como sintético.
Esta situación ejemplifica el problema que la regulación china intenta abordar: la dificultad para los usuarios de distinguir entre contenido auténtico y artificial, lo que puede llevar a la desinformación y a una degradación general de la calidad del contenido en línea.
Implicaciones futuras
La nueva normativa china marca un precedente importante en la regulación del contenido generado por IA, alineándose con los esfuerzos de la Unión Europea para establecer un marco que permita a los usuarios identificar claramente el origen del contenido que consumen.
Sin embargo, la efectividad de estas medidas dependerá en gran medida de la capacidad técnica para detectar el contenido generado por IA y del compromiso de las plataformas y usuarios para cumplir con las normas de etiquetado.
En un mundo donde la tecnología de IA avanza rápidamente, la carrera entre los creadores de contenido artificial y los reguladores apenas comienza. La iniciativa china podría ser solo el primer paso en un largo camino hacia un internet donde los usuarios puedan distinguir claramente entre lo humano y lo artificial.
Mientras tanto, la divergencia en los enfoques regulatorios entre las principales potencias mundiales plantea interrogantes sobre cómo evolucionará el panorama global de la IA en los próximos años y qué impacto tendrá en el flujo de información a través de las fronteras digitales.