Abogado afirma que Studio Ghibli podría emprender acciones legales contra OpenAI por imágenes generadas por IA

Droids

Updated on:

Abogado afirma que Studio Ghibli podría emprender acciones legales contra OpenAI por imágenes generadas por IA

La popular herramienta de inteligencia artificial ChatGPT, desarrollada por OpenAI, ha desatado una nueva controversia al permitir a los usuarios generar imágenes que imitan el inconfundible estilo del legendario estudio de animación japonés Studio Ghibli. Según un experto legal, esta práctica podría tener consecuencias jurídicas para la empresa de Sam Altman, ya que podría constituir una violación de derechos de marca y competencia desleal.

La viralización de imágenes al estilo Ghibli

Durante las últimas semanas, usuarios de todo el mundo han utilizado masivamente ChatGPT para crear imágenes que emulan el característico estilo visual de las películas de Hayao Miyazaki y Studio Ghibli. La tendencia se popularizó tanto que incluso el propio CEO de OpenAI, Sam Altman, participó en ella bromeando en X (antes Twitter) sobre haber sido convertido en un "twink estilo ghibli".

Ante la avalancha de imágenes generadas, OpenAI ha comenzado a restringir esta función, implementando cambios que ahora frecuentemente rechazan las solicitudes para crear imágenes en el estilo característico del estudio japonés. Sin embargo, estas restricciones han llegado después de que miles de imágenes ya circularan por internet, reavivando el debate sobre los derechos de autor en la era de la inteligencia artificial generativa.

Posibles fundamentos legales para una demanda

Rob Rosenberg, ex asesor general del canal de televisión Showtime y actual fundador de Telluride Legal Strategies, ha declarado a Futurism que Studio Ghibli podría tener base legal para emprender acciones contra OpenAI.

"Studio Ghibli podría argumentar que, al convertir fotos de usuarios al 'estilo Ghibli', OpenAI está aprovechándose de la buena reputación de las marcas de Ghibli, utilizando su estilo identificable y generando una probable confusión entre los consumidores, que podrían pensar que esta función está respaldada o licenciada por Studio Ghibli", explicó Rosenberg.

El experto señala que la Ley Lanham, promulgada en 1946 como el principal estatuto federal que regula la ley de marcas en EE.UU., podría ser la base para reclamaciones relacionadas con publicidad engañosa, infracción de marca comercial y competencia desleal.

Además, OpenAI también podría ser demandada por "entrenar sus modelos de lenguaje extenso con obras protegidas por derechos de autor de Studio Ghibli", añadió Rosenberg.

Es importante señalar que Studio Ghibli confirmó al medio japonés NHK que un documento legal viral que circulaba como una supuesta carta de cese y desistimiento enviada por el estudio era falso.

El debate sobre el "uso justo" y los derechos de autor

En el centro del debate se encuentra el concepto de "uso justo" o "fair use", un marco legal que permite el acceso limitado a materiales con derechos de autor sin permiso previo para citas y otros usos no infractores.

OpenAI ha mantenido consistentemente que "el entrenamiento de sus modelos constituye un uso justo según la ley de derechos de autor", como explicó Rosenberg, "y por lo tanto una excepción a la infracción".

Sin embargo, hasta ahora no existe un precedente legal claro que determine si OpenAI ha violado la ley de derechos de autor de EE.UU. El experto señala que "como la mayoría de los tribunales aún no se han pronunciado sobre la solidez de reclamaciones similares por derechos de autor, no está claro si tendrían éxito o no".

Otras batallas legales relacionadas con la IA

La controversia con Studio Ghibli se suma a una creciente lista de desafíos legales que enfrenta OpenAI por su enfoque de recopilar datos de internet para entrenar sus modelos, incluyendo abundante material protegido por derechos de autor.

Esta misma semana, un juez federal rechazó la solicitud de OpenAI para desestimar una demanda por derechos de autor presentada por el New York Times. El periódico alegó a finales de 2023 que la empresa liderada por Altman infringió sus derechos de autor al utilizar su material sin permiso para entrenar sus modelos de IA.

De manera similar, Meta, la empresa de Mark Zuckerberg, también ha sido acusada de descargar ilegalmente libros pirateados para entrenar sus modelos de IA.

Según Rosenberg, a menos que los tribunales fallen "unánimemente" a favor de OpenAI, determinando que el entrenamiento de modelos de IA con material protegido por derechos de autor efectivamente se enmarca en el uso justo, podríamos estar avanzando "hacia un sistema donde los desarrolladores de IA tendrán que compensar a los titulares de derechos de autor y acreditarlos cuando su contenido se utilice para producir resultados".

Impacto económico y creativo para Studio Ghibli

Más allá de las posibles infracciones de derechos de autor, OpenAI podría estar privando a Studio Ghibli de potenciales oportunidades comerciales.

"Si Studio Ghibli alguna vez quisiera lanzar su propia herramienta que permitiera a los fans transformar fotos en su estilo característico, la actualización de OpenAI esencialmente ha eliminado esa oportunidad de negocio", afirmó Rosenberg. "Peor aún, esta tecnología podría llevar a que la gente genere proyectos de animación completos en el estilo Ghibli y los presente falsamente como auténticos".

El experto compara esta situación con "pedirle a la IA que reescriba un relato corto al estilo de JK Rowling y luego publicarlo en internet como una obra 'perdida' de Rowling", desdibujando la línea entre el homenaje y la tergiversación directa.

El futuro de la IA y los derechos de autor

El caso de Studio Ghibli ilustra uno de los mayores desafíos que enfrenta la industria de la inteligencia artificial: cómo equilibrar la innovación tecnológica con el respeto a la propiedad intelectual y el trabajo creativo.

La resolución de este y otros casos similares probablemente establecerá precedentes importantes para el futuro desarrollo de la IA generativa, determinando si las empresas tecnológicas deberán obtener licencias explícitas, pagar compensaciones o limitar el uso de material protegido por derechos de autor.

Mientras tanto, millones de usuarios continúan experimentando con estas herramientas, a menudo sin comprender completamente las complejas implicaciones legales y éticas de generar contenido que imita el estilo distintivo de artistas y estudios reconocidos mundialmente.

Deja un comentario