El CEO interino de Scale AI, William Hockey, ha salido al paso de las especulaciones para asegurar a empleados y clientes que la compañía no está cerrando sus operaciones comerciales. Este mensaje llega en un momento de incertidumbre, provocado por la reciente venta de su división de etiquetado de datos, Remotasks, a Meta. Lejos de ser un signo de debilidad, la empresa enmarca este movimiento como un pivote estratégico para centrarse en soluciones de inteligencia artificial de mayor valor y en un mercado más sofisticado.
Un mensaje para calmar la incertidumbre
La preocupación sobre el futuro de Scale AI comenzó a extenderse después de que se hiciera público el acuerdo con Meta. Para atajar de raíz lo que calificó como «miedo, incertidumbre y duda» (conocido por las siglas en inglés FUD), William Hockey envió un contundente memo interno y publicó un mensaje en la red social X.
«Quiero ser inequívoco: Scale AI no está ‘desmantelando’ nuestras operaciones comerciales», escribió Hockey en un comunicado publicado en el blog de la compañía. «Seguimos trabajando con cientos de clientes en el ámbito comercial y nuestra misión de acelerar el desarrollo de la IA no ha cambiado».
Hockey, cofundador de la exitosa fintech Plaid y ahora al timón de Scale AI de forma interina, insistió en que la venta de Remotasks fue una decisión deliberada para permitir que la empresa se concentre en áreas de mayor crecimiento. El objetivo de su comunicación era despejar las dudas y reafirmar el compromiso con sus clientes actuales y futuros, garantizando la continuidad de todos sus servicios más allá de la unidad vendida.
El acuerdo con Meta y el cambio de rumbo
El catalizador de esta reorganización fue la adquisición de Remotasks por parte de Meta. Remotasks es una plataforma de crowdsourcing que Scale AI utilizaba para gestionar una vasta red de trabajadores independientes dedicados al etiquetado y anotación de datos, una tarea fundamental pero a menudo de bajo margen para entrenar modelos de inteligencia artificial.
Para Meta, la compra representa un movimiento estratégico para internalizar estas operaciones. Al igual que otras grandes tecnológicas, busca tener un mayor control sobre su cadena de suministro de datos, optimizar costes y asegurar la calidad de los datos que alimentan sus propios modelos de IA.
Para Scale AI, la venta supone desprenderse de un negocio intensivo en mano de obra para enfocarse en un nicho más rentable y tecnológicamente avanzado. Este cambio de dirección se ve reforzado por otro movimiento clave en la cúpula de la empresa: el fundador y hasta ahora CEO, Alexandr Wang, ha pasado a dirigir una nueva división de investigación interna centrada en la Inteligencia Artificial General (AGI). La AGI es el término utilizado para describir una forma de IA con capacidades cognitivas humanas. Este nombramiento subraya la ambición de Scale AI de no solo ofrecer servicios, sino de liderar la investigación en la próxima frontera de la inteligencia artificial.
El nuevo horizonte de Scale AI: más allá del etiquetado de datos
Con la venta de Remotasks, Scale AI se despide de su imagen como un simple proveedor de datos etiquetados para consolidarse como una plataforma de IA de «pila completa» (o full-stack). Este término significa que la compañía busca ofrecer un conjunto integral de herramientas y servicios que cubran todo el ciclo de vida del desarrollo de la IA, desde la gestión de datos hasta la evaluación, prueba y despliegue de modelos complejos.
El nuevo enfoque se centra en dos tipos de clientes principales:
- Grandes empresas: Compañías que necesitan soluciones de IA robustas y personalizadas para integrar en sus operaciones.
- Sector público y gubernamental: Contratos de alto valor y larga duración que requieren un alto grado de seguridad y fiabilidad.
Un ejemplo claro de esta estrategia es su trabajo con el Departamento de Defensa de Estados Unidos y otras agencias gubernamentales, donde Scale AI proporciona tecnología para analizar imágenes de satélite y otros datos críticos. Estos contratos, según ha informado la compañía en varias ocasiones, demuestran su capacidad para manejar proyectos complejos y de misión crítica, muy lejos del etiquetado masivo que representaba Remotasks.
Contexto del mercado y la fortaleza financiera
La decisión de Scale AI no es un hecho aislado, sino que responde a una tendencia más amplia en la industria tecnológica. A medida que la IA madura, las grandes corporaciones que antes subcontrataban el etiquetado de datos ahora prefieren desarrollar capacidades internas. Este cambio obliga a empresas como Scale AI a evolucionar y ofrecer un valor añadido que vaya más allá de la simple mano de obra.
A pesar de este pivote estratégico, la salud financiera de la compañía parece sólida. En su última ronda de financiación de la Serie F, Scale AI fue valorada en 13.800 millones de dólares (aproximadamente 12.800 millones de euros), lo que la consolida como uno de los «unicornios» más valiosos del ecosistema de la IA. Esa ronda, en la que recaudó 1.000 millones de dólares (unos 930 millones de euros), le proporciona el capital necesario para invertir en su nueva estrategia y en la ambiciosa división de investigación de AGI.
En resumen, Scale AI se encuentra en un punto de inflexión. Si bien la venta de una de sus divisiones más conocidas a un gigante como Meta ha generado ruido, la dirección de la empresa lo presenta como un paso calculado hacia un futuro más sostenible y rentable. El desafío ahora será ejecutar esta nueva visión y convencer al mercado de que su futuro no reside en la cantidad de datos que puede etiquetar, sino en la calidad y la sofisticación de la tecnología que puede construir sobre ellos.