Un juez estadounidense cuestiona a Meta: "No entiendo cómo el entrenamiento de IA puede ser uso justo"

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Un juez estadounidense cuestiona a Meta: "No entiendo cómo el entrenamiento de IA puede ser uso justo"

El juez Vince Chhabria ha mostrado un notable escepticismo ante los argumentos de Meta que defienden el uso de obras protegidas por derechos de autor para entrenar sus modelos de inteligencia artificial. Durante una audiencia celebrada el pasado jueves, en lo que podría convertirse en la primera sentencia judicial sobre si el entrenamiento de IA constituye "uso justo", el magistrado cuestionó frontalmente la postura de la compañía tecnológica.

"No entiendo cómo puede ser uso justo", declaró el juez Chhabria durante la vista en la que Meta se enfrentaba a varios autores, entre ellos Sarah Silverman, Ta-Nehisi Coates y Richard Kadrey, quienes denuncian infracciones de derechos de autor.

La audiencia que podría marcar un precedente

En el centro del debate se encuentra una cuestión fundamental para el futuro de la inteligencia artificial: ¿es legal que las empresas utilicen obras protegidas por derechos de autor para entrenar sus modelos de IA sin permiso ni compensación a los creadores originales?

Meta, al igual que la mayoría de las empresas de IA, sostiene que este entrenamiento debe considerarse "uso justo", argumentando que de lo contrario toda la industria podría enfrentarse a enormes obstáculos, perdiendo tiempo valioso en negociar contratos de datos mientras queda rezagada frente a competidores globales. La empresa defiende que el uso de libros para entrenar su modelo Llama es transformativo y solo hace referencia a estas obras para crear un producto completamente nuevo que no replica las ideas de los autores ni reemplaza los libros en sus mercados.

Sin embargo, el juez Chhabria no pareció convencido por estos argumentos. Según informó Reuters, el magistrado cuestionó a los abogados de Meta sobre el impacto de sus modelos de IA en el mercado de los autores.

"Tenéis empresas utilizando material protegido por derechos de autor para crear un producto capaz de producir un número infinito de productos competidores", señaló Chhabria. "Estáis cambiando drásticamente, incluso podríamos decir obliterando, el mercado para el trabajo de esa persona, y decís que ni siquiera tenéis que pagarle una licencia".

"Obliterando" los mercados: el temor por el futuro de los autores

Uno de los aspectos más destacados de la audiencia fue la preocupación del juez por el potencial daño al mercado que podrían causar las herramientas de IA. Chhabria sugirió que este podría ser un "caso muy inusual" donde, aunque "la copia sea para un propósito altamente transformativo, tiene una alta probabilidad de conducir a la inundación de los mercados para las obras con derechos de autor".

La analogía del juez sobre "la próxima Taylor Swift" resultó particularmente ilustrativa. Como recoge Wired, Chhabria preguntó a los abogados de Meta: "¿Qué pasaría con la próxima Taylor Swift?". Si la IA facilitara imitar el sonido de una joven cantante, ¿cómo podría ella competir si la IA produjera "mil millones de canciones pop" en su estilo?

Ante el argumento de Kannon Shanmugam, abogado de Meta, de que la ley de derechos de autor no protege a los autores de "la protección contra la competencia en el mercado de ideas", el juez respondió con contundencia: "Pero si voy a robar cosas del mercado de ideas para desarrollar mis propias ideas, eso es una infracción de derechos de autor, ¿verdad?".

No obstante, Chhabria también advirtió a los autores que necesitan demostrar daños concretos para fortalecer su caso. "Parece que me estás pidiendo que especule que el mercado para las memorias de Sarah Silverman se verá afectado por los miles de millones de cosas que Llama será capaz de producir", dijo el juez al abogado de los autores, David Boies. "Y no es obvio para mí que ese sea el caso".

La descarga ilegal de libros: "un comportamiento cuestionable"

Otro aspecto controvertido del caso es la admisión de Meta de haber descargado ilegalmente libros mediante torrents para entrenar sus modelos de IA. Sorprendentemente, el juez Chhabria pareció restar importancia a este hecho durante la audiencia.

La descarga por torrent "parece algo bastante cuestionable", reconoció Chhabria, pero "la cuestión, como nos dicen los tribunales una y otra vez, no es si algo es cuestionable sino si es una infracción de derechos de autor".

Según Ars Technica, Meta ha defendido su actividad de torrenting argumentando que actuaron solo como "leech" (aprovechador) y no como "seeder" (distribuidor), una distinción técnica que podría ser relevante desde el punto de vista legal. En un documento judicial, Meta alegó que los autores "carecen de pruebas para demostrar que Meta distribuyó alguna de sus obras".

Mark Lumley, ex abogado de Meta que abandonó el caso a principios de este año, declaró a Vanity Fair que la cuestión de la descarga por torrent "es una de esas cosas que suena mal pero que en realidad no debería importar en absoluto ante la ley. El uso justo siempre se trata de usos que el demandante no aprueba; por eso hay una demanda".

Implicaciones para toda la industria de la IA

La decisión que tome el juez Chhabria podría tener profundas implicaciones para toda la industria de la inteligencia artificial. Meta, a través de un portavoz, ha reiterado su defensa:

"Meta ha desarrollado modelos de IA de código abierto transformadores que están impulsando una increíble innovación, productividad y creatividad para individuos y empresas. El uso justo de materiales con derechos de autor es vital para esto. No estamos de acuerdo con las afirmaciones de los demandantes, y el expediente completo cuenta una historia diferente. Continuaremos defendiéndonos vigorosamente y protegiendo el desarrollo de la IA generativa para el beneficio de todos", según un comunicado oficial de la compañía.

Por su parte, la Alianza de Derechos de Autor, una organización sin ánimo de lucro y no partidista que apoya a los autores en este caso, argumenta en un documento judicial que Meta está intentando "aislar el proceso de 'entrenamiento' e ignorar el resultado de la IA generativa", ya que esa sería la única forma de convencer al tribunal de que los resultados de la IA sirven "un propósito manifiestamente diferente al de los libros de los demandantes".

El juez Chhabria no tomará una decisión precipitada en este caso. Consciente de que toda la industria de la IA podría estar pendiente de su decisión, cerró la audiencia con una broma para aliviar la tensión: "Emitiré un fallo más tarde hoy… ¡Es broma! Voy a tomarme mucho más tiempo para pensarlo".

La resolución de este caso podría establecer un precedente crucial sobre cómo se aplicará la ley de derechos de autor en la era de la inteligencia artificial, determinando si las empresas tecnológicas pueden utilizar libremente obras protegidas para entrenar sus modelos o si deberán negociar y compensar a los creadores originales.

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