El gigante de la banca de inversión Goldman Sachs ha anunciado un movimiento pionero que podría redefinir el futuro del desarrollo de software en el sector financiero. La entidad está llevando a cabo un programa piloto para integrar a Devin, un avanzado agente de inteligencia artificial (IA) especializado en programación, como un «nuevo empleado» en sus equipos tecnológicos. La noticia, confirmada por el Director de Información (CIO) del banco, Marco Argenti, supone uno de los casos de uso más ambiciosos de IA autónoma en una de las instituciones más influyentes de Wall Street.
Este proyecto no solo pone de manifiesto la carrera por la innovación en la industria financiera, sino que también reaviva el debate sobre la colaboración entre humanos y máquinas en roles de alta cualificación. Lejos de plantear un reemplazo masivo, Goldman Sachs enmarca esta iniciativa como un paso hacia una fuerza laboral «híbrida», donde la IA potenciará la productividad de sus ingenieros humanos.
Un «nuevo empleado» en el gigante de Wall Street
La confirmación llegó a través de unas declaraciones de Marco Argenti, quien reveló a la cadena CNBC los planes del banco. «Vamos a empezar a aumentar nuestra fuerza de trabajo con Devin, que será como nuestro nuevo empleado», afirmó el directivo. Esta personificación de la tecnología subraya la intención de integrarla de manera profunda en los flujos de trabajo existentes.
Para comprender la magnitud de la apuesta, es crucial entender qué es Devin. Creado por la startup Cognition, no es un simple asistente o una herramienta de autocompletado de código. Se presenta como el «primer ingeniero de software de IA totalmente autónomo», un agente capaz de recibir un objetivo en lenguaje natural y llevar a cabo todos los pasos necesarios para completarlo: desde la planificación y la escritura del código hasta la depuración y el despliegue.
El plan de Goldman Sachs es comenzar con el despliegue de cientos de instancias de Devin, con la posibilidad de escalar hasta miles en el futuro. Estas cifras, aunque impresionantes, deben ponerse en contexto con el tamaño del equipo humano del banco, que actualmente emplea a cerca de 12.000 desarrolladores. La visión, por tanto, no es la de una sustitución, sino la de una amplificación de las capacidades existentes.
Devin: el prodigio de la IA bajo escrutinio
El protagonista de esta historia, Devin, no es un desconocido en el mundo tecnológico. Su lanzamiento el año pasado generó una enorme expectación en redes sociales y medios especializados, con demostraciones que mostraban su capacidad para resolver problemas de programación complejos de forma autónoma. Sin embargo, su trayectoria no ha estado exenta de polémica.
Poco después de su aclamado debut, algunos investigadores y desarrolladores independientes pusieron a prueba sus capacidades y publicaron análisis críticos. Ciertos informes, como uno destacado por la publicación The Register, sugerían que Devin tenía dificultades con tareas de codificación más complejas y que su tasa de éxito en escenarios del mundo real no era tan alta como se promocionaba inicialmente.
Cognition, la empresa creadora, ha seguido trabajando en su producto. Según su blog oficial, Devin se encuentra actualmente en la versión 2.1, y la compañía sostiene que su rendimiento es significativamente mejor cuando opera en grandes bases de código que le proporcionan un amplio contexto. Esta característica podría ser precisamente la razón por la que una entidad como Goldman Sachs, con sus masivos y complejos sistemas de software, ha decidido probar su potencial.
Hacia un modelo de trabajo híbrido: la colaboración humano-IA
La pregunta que inevitablemente surge con cada avance de este tipo es: ¿están en peligro los trabajos de los programadores humanos? Marco Argenti fue tajante al respecto, asegurando que Devin no reemplazará a los humanos en el banco. En su lugar, aboga por una «fuerza laboral híbrida».
El modelo propuesto por Goldman Sachs implica que cada instancia de Devin estará supervisada por un desarrollador humano. El objetivo final, según Argenti, es mejorar la productividad de estos profesionales. La idea es que la IA se encargue de las tareas más tediosas, repetitivas o que consumen más tiempo, tales como:
- Escribir código repetitivo (boilerplate): Generar estructuras de código estándar para que los desarrolladores se centren en la lógica de negocio.
- Depuración de errores: Identificar y proponer soluciones para fallos en el software.
- Migración de tecnologías: Actualizar bases de código antiguas a lenguajes o frameworks más modernos.
- Creación de pruebas unitarias: Desarrollar tests automáticos para asegurar la calidad del software.
Al delegar estas funciones en Devin, los ingenieros de Goldman Sachs podrían dedicar más tiempo a la arquitectura de sistemas, la innovación, la resolución de problemas creativos y la estrategia tecnológica, áreas donde el juicio y la experiencia humana siguen siendo insustituibles.
La apuesta tecnológica de Goldman Sachs en un sector tradicional
Aunque la industria financiera tiene fama de ser conservadora y lenta en la adopción de nuevas tecnologías debido a las estrictas regulaciones y los riesgos de seguridad, según informa TechCrunch, Goldman Sachs tiende a situarse a la vanguardia. El banco ya había incorporado herramientas de IA en sus procesos de desarrollo antes de la llegada de Devin.
De hecho, su informe anual de 2024 ya mencionaba el uso interno de «copilotos de desarrollo» desde ese año. Estos copilotos, como el popular GitHub Copilot, funcionan como asistentes que sugieren fragmentos de código o completan líneas mientras el programador escribe.
La transición de un «copiloto» a un «agente autónomo» como Devin representa un salto cualitativo significativo. Mientras que el copiloto asiste, el agente actúa. Esta prueba piloto indica que Goldman Sachs no solo está dispuesto a experimentar con la IA, sino a explorar las fronteras de la autonomía del software en uno de sus departamentos más críticos. El éxito de esta iniciativa será observado de cerca por competidores y empresas de todos los sectores, ya que podría sentar un precedente para la integración de la IA autónoma en el entorno corporativo a gran escala.